lunes, 25 de junio de 2007

A CIERTA DAMA QUE SE DEJABA VENCER DEL INTERÉS ANTES QUE DEL GUSTO


Mientras Corinto, en lágrimas deshecho,
la sangre de su pecho vierte en vano,
vende Lice a un decrépito indïano
por cient escudos la mitad del lecho;
¿quién, pues, se maravilla de este hecho,
sabiendo que halla ya paso más llano
la bolsa abierta el rico pelicano,
que el pelícano pobre abierto el pecho?
Interés, ojos de oro como gato,
y gato de doblones, no Amor ciego,
que leña y plumas gasta, cient arpones
le flechó de la aljaba de un talego.
¿Qué Tremecén no desmantela un trato,
arrimándole al trato cient cañones?

2 comentarios:

Sirena dijo...

Creo que Góngora ha sido una de las personalidades más influyentes de la lírica barroca. Buen poema. Abrazos..

Luna De concreto dijo...

Excelente apreciación...