viernes, 25 de enero de 2008

CAOS DC

Lo siento
Mis palabras no ayudan en nada
tu voz resuena en cada eco de
mi piel
Lo siento, mi orgullo
se ha vuelto cursi
mil te quieros anclados en mi boca

Lo siento no sé hacer esto solo
Estas paredes se me caen encima
No quiero verte
Estas paredes fueron nuestras

Un segundo pensando en ti
y la vida se desnaturaliza
No quiero tiempo para olvidarte
No sé afrontar todo esto
Con mi cabeza ocupada
y este temor carcomiendo mis huesos
no quiero volver a ese caos
soy débil toda esa vorágine acabará
con mi vida
Arrojado a las calles, lobo solitario
Una nueva vida-desorden me espera...
No puedo hacer nada para remediarlo

Jorge Lozano 25/01

sábado, 19 de enero de 2008

fade



El día comienza su ocaso y
toda esa luz que embriagaba mis ojos,
retrocede y se va
Cinco minutos y mi fe habrá desaparecido
Cinco minutos y empezaré a olvidarme de mí
Cinco minutos y este vértigo no me dejará crecer
Cautivo de mi sombra, algunas cosas nunca cambian
-Estas cosas acaban mal, - dices
y mi poca lucidez se quiebra
-Esto es el principio del fin,
yo te escucho en silencio,
con el corazón colgando de mi pecho
con toda mi vida pendida de un hilo
Cambia de vida o consume tu tiempo


Jorge Lozano 19/ 01

domingo, 13 de enero de 2008

Yo soy una soñadora nata de la cuarta categoría


Todos necesitamos que alguien nos mire. Sería posible dividirnos en cuatro categorías, según el tipo de mirada bajo la cual queremos vivir.

La primera categoría anhela la mirada de una cantidad infinita de ojos anónimos, o dicho de otro modo, la mirada del público. Ese es el caso del cantante alemán, de la actriz norteamericana y también del redactor con largas barbas. Estaba acostumbrado a sus lectores y, cuando un buen día los rusos cerraron su semanario, tuvo la sensación de que el aire era cien veces más enrarecido. Nadie podía reemplazarle la mirada de los ojos desconocidos. Le pareció que se ahogaba. Entonces fue cuando advirtió que la policía vigilaba todos sus pasos, que oían sus conversaciones por teléfono y que hasta le sacaban en secreto fotos en la calle. ¡De pronto los ojos anónimos estaban otra vez en todas partes y él podía respirar de nuevo! ¡Estaba feliz! Se dirigía con voz teatral a los micrófonos de las paredes. Había encontrado en la policía al público perdido.

La segunda categoría la forman los que necesitan para vivir la mirada de muchos ojos conocidos. Estos son los incansables organizadores de cócteles y cenas. Son más felices que las personas de la primera categoría quienes, cuando pierden a su público, tienen la sensación de que en el salón de su vida se ha apagado la luz. A casi todos ellos les sucede esto alguna vez. En cambio, las personas de la segunda categoría siempre consiguen alguna de esas miradas. Entre éstos están Marie-Claude y su hija.

Luego está la tercera categoría, los que necesitan de la mirada de la persona amada. Su situación es igual de peligrosa que la de los de la primera categoría. Alguna vez se cerrarán los ojos de la persona amada y en el salón se hará la oscuridad. Pertenecen a este grupo Teresa y Tomás.

Y hay también una cuarta categoría, la más preciada, la de quienes viven bajo la mirada imaginaria de personas ausentes. Son los soñadores. Por ejemplo Franz. El único motivo de su viaje hasta la frontera de Camboya fue Sabina. El autobús traquetea por la carretera tailandesa y él siente que su larga mirada se fija en él.

El título lo pones tú

Que el mundo sepa, que los poetas mueren
que las palabras sobreviven
que el mundo sepa que mi cordura tiene
un límite
Que el mundo sepa que no aguanto
esta oscuridad creciente
Que el mundo sepa
que no es quejarse por quejarse
Va todo mal, todo va mal
Sin salud mental
ni amor, ni sueños no se puede vivir
He consumido al menos las mitad
de mi vida en una semana
Hoy soy tan viejo, hoy
Hoy, no sé cómo retener estas lagrimas
Que el mundo sepa que no es todo
felicidad en este mundo
Occidente rico, occidente deseado
Este mundo es una basura
y no puedo decir nada más